Mi nombre es…
Cuando nos encontramos en ese momento donde tenemos todo para comenzar a emprender nuestro propio negocio, desde la idea y los recursos hasta las instalaciones para llevarlo a cabo, todo parece ir yendo de acuerdo al plan que nos imaginábamos en nuestra mente…excepto por un pequeñísimo detalle: el nombre de nuestro nuevo proyecto.
¿Por qué parece que este último paso relativamente sencillo siempre termina siendo el que más dolores de cabeza nos da?
Es sencillo, si nuestro producto/empresa no tiene un buen nombre con el cual presentarse ante nuestro mercado meta, las posibilidades de que este sea exitoso (por más bueno que sea el proyecto en cuestión) tienden a bajar considerablemente. La presión de este factor principal llega a afectar nuestros procesos creativos, llegando a dificultarnos una de las tareas más fundamentales para la creación de nuestro negocio.
¿Qué podemos hacer para resolver esta situación? Una de dos, o seguimos pensando y pensando hasta que el foco en nuestra cabeza se funda o, podemos seguir los cinco pasos que a continuación presentamos:
- Memorable
Una de las primeras cosas que queremos al momento de pensar en un nombre es que este se quede en la mente de nuestros consumidores, hay que pensar en estrategias para que sea algo fácil de recordar. Ya sea porque suena divertido, porque el slogan se relaciona con él, porque tiene un número, porque está en otro idioma, porque es el nombre del mismo producto… - Significado
Tal vez hayamos pensado en muchos nombres geniales para nuestra marca, pero si estos no tienen relevancia alguna con aquello que ofrecemos, es mejor pensar en otra cosa que sí tenga relación con nuestro negocio. - Pronunciación y escritura
Al momento de buscar un nombre intentamos que este destaque por su originalidad y creatividad, que sea algo novedoso no es para nada malo, pero hay que procurar que sea algo entendible para nuestro público tanto al decirlo como al escribirlo. - Iniciales y longitud
Hay ocasiones en las cuales nuestro gran intento de nombre llega a ser muy largo para que una persona lo recuerde al principio, es por esta razón que es recomendable pensar si nuestra idea puede darnos algún acrónimo que sea mucho más atractivo para nuestro público. - Disponibilidad
Esto es lo más importante de todo el proceso, hacer la investigación de mercado extensa, profunda y necesaria para darnos cuenta si el nombre que se nos acaba de ocurrir es original, o si alguien más ya había pensado en él.
¡Eso es todo! Teniendo en cuenta estos tips, el proceso de creación de un nombre para tu marca se convertirá en una fácil tarea que de seguro disfrutarás.
Por: Balila Schmal – SBGDL