[:es]Cambio de marca = ¡Fiesta de logotipos! – MARKETING[:]
Nada es eterno en esta vida, todo tiene su fin y su ciclo, la imagen corporativa es un ejemplo. Las empresas cambian, los productos y mercados cambian, la competencia se vuelve férrea y las modas evolucionan y exigen nuevas cosas.
El camino hacia un cambio de marca es revitalizante, pues es una oportunidad nueva de despertar sentimientos, pasiones y expectativas de la compañía. Si bien este proyecto de cambio podría resultar complicado por todo lo que esto implica, es la posibilidad de construir un nuevo escenario de continuidad.
Para muchas personas, un cambio es algo emocionante a lo que desean sumarse y ser parte de él. Para una organización esto puede resultar sumamente positivo, pues con la gran mayoría de las partes involucradas la resistencia al cambio se minimiza y este puede cumplir su cometido de forma rápida y efectiva.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas, este cambio tiene sus brechas rocosas que pudieran convertirse en un gran peligro para la organización. Los expertos lo llamada el fenómeno del “Logoparty”.
La emoción que se menciona en líneas anteriores puede ser también el camino a la autodestrucción, pues la nueva marca se convierte en el juguete con el que todos quieren jugar. La ilusión de querer ver la nueva marca en todas partes se convierte en un enfoque negativo, pues se desgasta y hasta se puede romper.
En este frenesí de cambio, los colaboradores y empleados pueden caer en este fenómeno y querer ponerlo hasta en los baños, lo que sin duda genera un impacto negativo; sobresaturación, complejidad, ineficiencia, inconsistencia y problemas para tu marca.
Esto pudiera explicarse por la tendencia natural del ser humano de personalizar su espacio y apropiarse de su entorno, lo que incluye apropiarse de la marca que ve con buenos ojos y siente suya.
Durante el lanzamiento es de vital importancia el control y la implementación de sistemas, herramientas, reglas o estatutos sobre el uso de la marca, pues en esta etapa la consistencia y el orden, son transcendentales.
Que las compañías cuenten con sistemas que les permitan tomar decisiones sobre cuándo si y cuándo no, es necesario un logotipo interno ayudará a formar a los empleados acera del uso y utilidad de la identidad y la marca.
A todos nos gusta que nuestro juguete sea el más deseado, pero cuando termino roto o inservible ya no es tan divertido.
Fuente: Branzai http://www.branzai.com/2017/02/logoparty-la-enfermedad-de-las-marcas.html
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