El buen uso de la tecnología
El buen uso de la tecnología No es novedad para nadie que vivimos en una majestuosa y monopólica era tecnológica, sin embargo, la pregunta es ¿Nos hemos dado cuenta de su influencia en nuestras vidas? En las mañanas despiertas, te bañas, lavas los dientes y todo lo que sueles hacer, después, partes hacia un cotidiano, para muchos largo para otros no tanto, camino a tu trabajo, escuela u ocupación.
La rutina de la actividad te hace sumergirte en un estado inconsciente, puedes pasar todos los días por la misma calle y no darte cuenta que remodelaron la casa de la esquina o que construyeron una, lo mismo pasa con la tecnología, es tan rutinario el uso que le damos que en momentos no nos damos cuenta de su influencia y posición en nuestra vida. Es difícil percibir su presencia ante tan poderoso arraigo. Con muchos colores y sabores la tecnología puede presentarse ante nosotros, desde un “Buenas tardes” (un simple teléfono celular o internet), hasta un “Buenas tardes tenga usted distinguido caballero” (aparato de primera generación).
No importa que tan educada sea su forma de presentarse, la tecnología está y hay que aprender a contestarle el saludo. Para los jóvenes no parece ser tan importante la forma en la que llegue, al contrario, lo importante es que este ahí, que los acompañe en toda actividad, suele ser su fiel aliada, compañera, ayudante y hasta su cadena de oro. Ahora les hago la pregunta del millón de dólares ¿La tecnología es mala? Creo que antes de responder a esto deberíamos de plantearnos otras preguntas: ¿Cómo la estamos usando? ¿Cómo la usan los jóvenes y niños? ¿Cómo afecta nuestras vidas?
Para mí el fenómeno que más alto impacto trae para ciertas edades es el internet, con esto me refiero a Facebook, Twitter, Youtube, etc. Hablando más concretamente: redes sociales. Reconocer las dimensiones que éstas pueden poseer, es el punto más importante. Muchos no saben el verdadero alcance que una red social pueda tener, creen que es el vínculo más cercano y cool para platicar y enterarte de lo que harán o hicieron tus amigos, pero no lo es todo. La desinformación en este aspecto es el cáncer de nuestros jóvenes. Resulta bastante significativo que se les enseñe a los jóvenes a ampliar sus horizontes a saber usar todo lo que tienen a su alcance y sacarle el mejor provecho, desgraciadamente el conocimiento de cómo funcionan, sus beneficios y riesgos, es un tema del cual no se habla mucho y es parte de la responsabilidad de padres, docentes y autoridades.
En la actualidad que un niño sepa sumar, restar, multiplicar, dividir, leer y escribir es básico, sin embargo, qué sepa convivir con la tecnología, también lo es. Siempre he pensado que somos como una bolsa de agua, todo depende de dónde o cómo la tomemos para que adopte una forma, textura o perspectiva. Se nos puede reventar o escurrir el contenido, o puede permanecer. Igual sonaré muy repetitiva, pero enseñarles a los jóvenes y niños los riesgos de la tecnología es un punto por el que se debería iniciar. Sin embargo, el problema en el que se encuentran sumergidos la mayoría de los padres de familia es que ni ellos las conocen. Los medios de comunicación, la docencia y las autoridades cuentan con el papel protagónico en este gran melodrama, y a mí parecer los primeros más que los posteriores. Escabulléndonos a la raíz del problema, la cultura y la educación son las madres de estos fenómenos. Desgraciadamente no existe ninguna ley que exija este tipo de derecho, no existe ninguna ley que regule el contenido que nuestros medios de comunicación nos proveen a diario, no existe ninguna materia al respecto.
LA TECNOLOGÍA LLEGÓ COMO EL CÁNCER: SIN SABER CÓMO DOMINARLO. Ha sido el paso de los años y los múltiples accidentes, los que han educado a nuestro gobierno, por ende a nuestra sociedad el verdadero impacto y significado de la tecnología. Poco a poco se comienza a ver cómo algunas cadenas de televisión muestran preocupación ante tal huracán, que con sus guiones chafas y sus producciones de cinco pesos, han creado una significativa alerta. Generemos consciencia, empapémonos de ganas y pongamos manos a la obra, la tecnología no es un juego de niños, no es algo pasajero, es una realidad. Adaptarse o morir.
Por: Ivette Alcaráz-SBGDL
