¿Por qué quise ser publicista?

 In Opinión

Mucha gente se pregunta por qué elegí estudiar publicidad, así que hoy después de casi un año de estar involucrada en este maravilloso mundo, me entró el deseo de contarlo a los cuatro vientos y por medio de mi trabajo que tanto me apasiona. Para empezar siempre quise tener un oído agudo, un oído que me permitiese conocer el alma de la gente. Soy publicista entonces, porque conseguí con mis oídos esa capacidad de entender los sentimientos de las personas,  poder escucharlos y después comprenderlos.

Soy publicista porque puedo ser quien yo quiera ser, puedo trasformarme en muchas personas, ponerme en sus zapatos y pensar como ellos, tener sus mismos sueños, ilusiones y penas. Puedo mutar, o simplemente estar en muchos lugares a la vez, vivir dentro de la mente de la gente,  jugar a construir sus mundos,  leer sus pasos y hasta vivir con ellos.

Me di cuenta de que podía tener una fuerza ilimitada, que no se albergaba en los músculos, sino en el corazón. Que con muy pocas palabras podría derribar muros de indiferencia o construir fortalezas de felicidad.

Sí, quise ser publicista porque me di cuenta que una sola palabra es más poderosa que todas las poses del mundo. Quise ser publicista porque podía ser invisible y hablar a través de las marcas, reflejándome a mi misma en sus ideas, ocultándome detrás de cada slogan, y mirando el mundo detrás de todos sus beneficios.

Quise ser publicista porque quise conocer a todo el mundo y de mil maneras. Y me di cuenta que tendría la facilidad de salir en muchos medios, de abrir mi alma y dejar que las marcas se lleven un pedazo de mí por cada medio que ésta recorriera, llegando sólo así a conectar con los demás, a mover masas. Pero sobre todo,  yo quise ser publicista porque me di cuenta que cuando crees y usas a la publicidad como es debido, ésta te llena de emociones que se contagian. Porque cuando trabajas con la mente y en la mente de los demás, la responsabilidad no se acaba en un trabajo, sino que te sigue en el comportamiento cotidiano. Quise ser publicista porque me di cuenta que con mi profesión también podía salvar vidas, podía arrancar sonrisas, porque con cada idea tenía la oportunidad de crecer. Pero más que nada, quise ser publicista porque me convertiría en un buen ser humano, en una heroína por ese gran súper poder, que consta de la capacidad de contar mis propios sentimientos a través de una buena idea.

Por: Fernanda Camarena-SBGDL

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